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La Asamblea Legislativa de Costa Rica, votó ayer a favor una solicitud de la Embajada de los Estados Unidos, para permitir la permanencia en aguas nacionales de 46 naves artilladas de guerras y 4.000 soldados estadounidenses, los cuales tendrán libertad de anclar en los puertos nacionales y movilizarse por el territorio nacional por período de 1 año.
La iniciativa fue votada por 31 legisladores del Partido Liberación Nacional, Movimiento Libertario y fracciones minoritarias. Solo 8 legisladores se opusieron a la iniciativa, mientras que otros diputados del PAC y PUSC trataron de romper el quórum para impedir que se aprobara la autorización.
Esta autorización implicaría "el permiso de atraque y permanencia en puerto y desembarque de las tripulaciones de las embarcaciones de la Armada de los Estados Unidos de América", tal y como lo indica la carta enviada por el Ministro de Seguridad José María Tijerino, donde solicita el permiso para el atraque en puertos de ambas costas de las naves de guerra.
El Ministro de Seguridad afirma en su misiva, que esta movilización militar forma parte del "Acuerdo entre el Gobierno de la República de Costa Rica y el Gobierno de los Estados Unidos de América para la cooperación para suprimir el tráfico ilícito", convenio mediante el cual lanchas patrulleras estadounidenses realizan labores de vigilancia en aguas nacionales desde hace una década, en misiones contra el narcotráfico. Sin embargo, varios legisladores señalaron durante la discusión en el Plenario que los alcances de dicho convenio no permiten el tránsito y atraque de naves de guerra, solo autoriza las de naturaleza policial.
Para imaginar la magnitud de algunas de estas 46 naves, cabe destacar al portaaviones USS Makin Island, de 258 metros de longitud, con una tripulación militar máxima de 1551 soldados de diversos rangos, y con capacidad para transportar 53 aeronaves, entre ellos helicópteros tipo Blackhawks.
La autorización aprobada por los legisladores, permitiría a las tropas estadounidenses tocar puerto e ingresar a territorio nacional, disfrutar de libertad de movimiento y tener derecho de realizar las actividades que consideren necesarias en el desempeño de su misión, sin definir claramente cuáles serían sus alcances y los límites para su actuación. Además, señala que el Gobierno de Costa Rica renuncia a presentar cualquier reclamo por daño, pérdida o destrucción de la propiedad de otro, lesiones o muerte del personal de ambos que surgieran de las actividades, al amparo del convenio antidrogas antes señalado.
La intensa movilización militar estadounidense en aguas centroamericanas, ocurre en momentos de tensión geopolítica en la zona, un año después del golpe de Estado en Honduras, y con ante el crecimiento de tensiones entre naciones como Venezuela y Colombia. Este último país aprobó en meses anteriores una autorización para la permanencia de tropas estadounidenses en 7 bases en su territorio. Una solicitud similar se gestiona actualmente en Panamá, para permitir que soldados estadounidenses se instalen de nuevo en este país.
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